jueves, marzo 28, 2024
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Cabezas decapitadas, tres ojos y dragones: el impactante desfile de modas que causó polémica en Italia

 

 

Un nuevo golpe maestro del genial Alessandro Michele, director creativo de la firma italiana Gucci desde 2015, ha logrado que toda la atención de la prensa mundial se concentre en su última colección presentada recientemente en Milán, la capital mundial de la industria de la moda.

No fue la peculiar pasarela que imitaba a una estéril sala de operaciones, ni los eclécticos looks que convirtieron a la casa de modas en la firma más codiciada del momento por aquel uno por ciento más acaudalado del planeta, entre los que se encuentran la propia primera dama de los EEUU Melania Trump, los que acapararon la atención de todos los presentes.

Fueron en su lugar, las réplicas de las cabezas decapitadas de los modelos y animales de fantasía, los que hicieron que muchos en la audiencia se preguntaran qué estaba sucediendo en uno de los shows más esperados de la semana de la moda de Milán.

Bajo el nombre de “Cyborg”, la colección presentó modelos con túnicas de inspiración floral para la temporada otoño-invierno 2018, además de las ya tradicionales prendas estampadas de inspiración retro con una clara estética tomada de los años setenta.

Fueron las mencionadas cabezas, creadas por Michele en conjunto con Makinarium, una firma de efectos visuales con base en Roma, las que se robaron todas las miradas. La compañía también estuvo detrás del diseño de los cuernos y terceros ojos que lucieron algunos de los modelos, además de un camaleón, un pequeño cachorro de dragón y serpientes que otros de ellos mostraron.

Los presentes se sorprendieron por el nivel de detalle de las réplicas, las cuales imitaban a la perfección desde la expresión de los modelos hasta su cabellera.

 

 

 

Michele compartió que su intención fue que las cabezas representaran la lucha constante por encontrar la identidad, además de destacar la importancia de “proteger nuestra mente y pensamientos”.

La emblemática editora en jefe de la revista Vogue, Anna Wintour, se hizo presente en el desfile, luciendo sus tradicionales anteojos oscuros en la primera fila.

Michele aseguró que la producción que implicó montar en el desfile fue agotadora y que intentó mostrar que, entre el caos y la creatividad de su oficio, también existe el orden y una “claridad científica”.

“Nuestro trabajo es uno de tipo quirúrgico, cortamos, ensamblamos y experimentamos en nuestra propia mesa de operaciones”. La colección toma prestados elementos de etnias y culturas tan dispares, como los turbantes Sikh, las estampas típicas de Sudamérica y las ornamentadas joyas decorativas de inspiración medieval.

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