viernes, abril 19, 2024
Internacionales

Francisco condenó la injerencia extranjera y se solidarizó con los cristianos

El papa Francisco comenzó una histórica visita a Irak con un llamado al fin de la interferencia extranjera en el país árabe, una condena al fundamentalismo y una defensa de su diezmada y perseguida minoría cristiana, en un viaje en medio de la pandemia de coronavirus que buscará también reforzar los lazos con el islam y pedir por la paz en Medio Oriente.

En su primer discurso en Irak, donde llegó este viernes acompañado por Télam y otros medios, Francisco pidió que las naciones extranjeras no impongan sus “intereses políticos” en el país, al tiempo que animó a las autoridades locales a encarar una reconstrucción con respeto por las minorías religiosas y que pueda crear “oportunidades concretas” para salir de la crisis económica sin “violencia y extremismos”.

“Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local”, reclamó el Papa en el discurso frente al presidente Barham Salih en el Palacio Presidencial de Bagdad, al animar al país a una reconstrucción tras las últimas décadas en las que Irak sufrió “guerras, terrorismo y conflictos sectarios”.

El Papa no mencionó a ningún país en particular, pero la visita llega en momentos en que Irak es centro de crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán.

Estados Unidos aún tiene 2.500 soldados desplegados en Irak. Irán posee una vasta red de influencia en Irak a través de partidos políticos y milicias leales a Teherán.

El ascendiente de Irán, la mayor potencia islámica de la rama chiita, creció luego de que la invasión militar estadounidense de 2003 derrocó al Gobierno árabe y musulmán sunnita del presidente Saddam Huseein y empoderó a los chiitas.

Frente a las autoridades, Francisco inició su discurso recordando que, “en las últimas décadas, Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas”.

La llegada del Papa se da en medio de la fuerte suba de casos de coronavirus en el país de Medio Oriente, con toque de queda vigente durante viernes, sábado y domingo y la prohibición del desplazamiento entre las regiones del país.

En ese marco, Salih agradeció al Papa su visita “más allá de la situación difícil que está atravesando el mundo con el coronavirus y que nuestro país sangrante ha aguantado”.

Tanto el Papa como toda la delegación, incluidos los 74 periodistas que lo acompañan, fueron vacunados en el Vaticano antes del viaje.

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