jueves, abril 18, 2024
Espectáculos

Los Pimpinela recibirán el Grammy Latino a la Excelencia Musical

(Cuando) me llamó Joaquín, para contarme que lo habían llamado de la Academia de los Grammy para decirnos que nos daban este premio tan especial, primero hice una pausa de unos segundos, para ver si era una broma”. Así cuenta Lucía Galán que se enteró de la decisión de la Academia Latina de la Grabación de galardonarlos con el Premio a la Excelencia Musical, que otorga cada año en el marco de la entrega de los Latin Grammy.

Lo cierto es que lo que le estaba comunicando su hermano de broma no tenía nada, y que el 13 de noviembre el dúo estará en Las Vegas para recibir su galardón; y lo que siguió fue una mezcla de satisfacción y emoción que, dice la cantante, hace muy bien e incentiva.

Con casi 40 años en la ruta, Pimpinela acredita 25 discos editados y más de 30 millones de copias vendidas, con grabaciones de sus temas en inglés, portugués e italiano, con presentaciones en escenarios de buena parte del mundo, incluido el Madison Square Garden neoyorquino, y con la exclusividad de un estilo que se convirtió en su sello. Una trayectoria que, ahora, será recompensada con un reconocimiento que ambos valoran especialmente.

Este Grammy tiene un significado muy especial, porque es un premio a la trayectoria, que es un poco lo que nosotros, con el tiempo y la distancia, después de estos años, es lo que más valoramos. Es lo que realmente te marca. La vigencia, el poder atravesar modas, atravesar barreras, Creo que es un momento especial, para este premio; el momento ideal, que estimula. Y que nos genera una emoción muy grande, al mirar para atrás y ver el camino recorrido. va más allá de un premio puntual por un disco, por una canción”, explica Joaquín.

Sin embargo, no creen que se trate de tipo alguno de legitimación, cuando el foco resalta algunos de los nombres anunciados por la Academia el pasado 22 de agosto, con los que el dúo compartirá la premiación, entre los que destacan la cubana Omara Portuondo, el uruguayo Hugo Fattoruso, la estadounidense Joan Baez y la peruana Eva Ayllón, y ante la pretensión de definir niveles en la producción musical.

En mi caso, nunca pensé si este tipo de música es cool o no lo es, si es mala o buena… Para mí, la música emociona o no emociona. Como lo puede hacer un cuadro, una película o un libro. Para mí puede ser algo maravilloso, para otra persona insignificante. Y eso creo que es lo que vale, en el arte. Lo que te pasa por dentro, tu identificación, tu proyección en eso que estás viendo o que te está pasando”, define Lucía.

Su hermano, en cambio sí prefiere establecer una barrera divisoria. “En cada género, que te puede gustar más o menos, creo que hay música bien hecha y música que está mal hecha. Ahí, la cuestión tiene que ver con una armonía general, con la composición, el arreglo, la propuesta, la producción… Hay un montón de elementos que van más allá de la subjetividad, de lo que pueda estar de moda o no, de lo que pueda ser aprobado o no socialmente. Tiene que ver con cómo está hecho, con la autenticidad con que se hizo; y ahí es cuando llega a la gente, más allá de los gustos”, explica.

Sea como sea, más allá de la alegría por la noticia, los dos aseguran que el premio nunca fue un objetivo en sí mismo. Ni el motor que los movió hasta el lugar que hoy ocupan.

Hace 40 años, no estaba pendiente de ningún premio ni de nada. Estaba a full queriendo cantar, viajar… Para mí era todo nuevo. Era la época en la que estábamos gestando la mezcla del teatro con la música en el dúo. Después cuando uno va avanzando, vas creciendo y te das cuenta de la importancia de tal premio, de tal lugar o tal otro…“, recuerda la cantante.

En tanto, él aporta su mirada. “Los Grammy siempre estuvieron. Soy de la generación del ’60, que empezó con Los Beatles, y obviamente estuvieron siempre en el imaginario. ¿Si pensamos que algún día lo íbamos a ganar? Nunca estuvimos pendientes del premio. Siempre fuimos programando nuestra vida a mediano plazo. Pimpinela se convirtió en un apellido, prácticamente, porque es un proyecto familiar. Somos un poco la revancha de lo que nuestros padres hubieran querido ser. Empezamos a cantar juntos porque somos hermanos. Heredamos de nuestros padres esa vocación, y encontramos algo que nos hacía diferentes, que era un poco la obsesión mía, y la de Lucía, que estudiaba teatro, y que nos divierte. Primero divertía a nuestros amigos en casa, y terminó divirtiendo y emocionando a mucha gente”, monologa Joaquín.

¿Y ahora?

Joaquín: Ahora, creo que el motivo, también, es que la gente está ahí. Cuando ya pasaron tantos años y te acostumbraste a viajar por 15 países y el público sigue respondiendo, el que va creciendo con nosotros y el otro, te genera una emoción y un compromiso muy diferentes a la del principio, te motiva, te vuelve a estimular. Y siempre encontramos alguna cosa, aparte de todo esto, para seguir adelante.

Lucía: Creo que cada uno, a medida que va creciendo, es más agradecido con las cosas que la vida nos va presentando. La emoción de parate frente a miles de personas, y el cariño que nos dan y lo que recibimos de ellos después de tantos años, es un aliciente muy grande, una emoción enorme. Y el agradecimiento de poder vivir de lo que nos gusta. Creo que ese es uno de los motores fundamentales. (Clarín)

 

 

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