Peñarol sufrió, pero esta vez pudo con Quilmes
Vale doble. O triple. Porque Peñarol, campeón y todo, tiene clásico esta temporada. Es cierto, le falta Leiva -demasiado importante- y se le fue Campazzo, crack. Por eso, el triunfo hay que colocarlo bien alto en la consideración. Se desquitó de la derrota del debut y ganó por 74-72 en una noche apretadita y sin brillos.
Arranque con viento de cola para Quilmes: 11-0 con 5 puntos de Baxley. El vértigo se lo cortó Leo Gutiérrez -vendado en la cabeza por los siete puntos del primer partido-, con un triple que despertó a Peñarol. Se agregó el buen ingreso de Giorgetti para tomar a Baxley y el cambio de ritmo de Konsztadt: al frente por 15-14.
Quilmes sumó pérdidas por la presión milrayita y, ante la rotación, respondió mejor Peña porque lucieron más los socios de Leo que los de Baxley. Giorgetti (6) y Konsztadt (6) acomodaron el juego para un cierre por 36-32. Una diferencia estuvo en el mejor porcentaje de triples (7-16, 44%) contra el 3-9 (33%), luciendo Leo con 3-5.
Parecía que se seguía escapando el Milrayita con un triple de Gaby Fernández: 44-36. Pero una ráfaga descomunal de Junior Cequeira: 10 puntos para un parcial 10-0 (46-44). Así se armó de vuelta un partido lindo en el que lució el trabajo defensivo de Clark (9 rebotes y 4 tapas).
La noche entró en el cuarto final con Peñarol corriendo la cancha y sacudiendo triples. Estiró la ventaja que osciló entre los cinco y siete puntos con un buen regreso de Boccia tras estar sentado desde el primer cuarto por acumulación de faltas. Quilmes no se rindió a pesar de quedar a 10 (56-66) en 36’. Creció muchísimo Ale Diez (17) en ataque, Konsztadt llevó la base de forma electrizante pero con cabeza y Gutiérrez (11 rebotes) resignó algunos puntos para defender ante la falta de Leiva. Parecía de Peñarol, pero Vildoza inquietó con dos triples y Leo les dio vida fallando tres libres. Claro, Marín no acertó la del final y así Peña se vengó del debut. La casa, en orden.
FuentE: Olé.