martes, abril 16, 2024
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Récord negativo: ocho de cada diez franceses no lo quieren a Hollande

La baja en las encuestas va de la mano de las medidas de ajuste que hizo para contrarrestar la crisis económica, el alejamiento de sus correligionarios tiene que ver con políticas que van a contramano del ideario del socialismo.

La crisis social y económica sin precedentes imperante en Francia llevó a los franceses a acuñar una consigna: “François, confiamos en ti”, según sostiene el corresponsal de Dpa en Francia. Pero esa declaración no va dirigida al presidente François Hollande, acosado por las crisis y la baja popularidad en las encuestas, informó Tiempo Argentino. A quien se refiere es a su tocayo en el Vaticano, el Papa Francisco.

El político socialista de 60 años, cuyo mandato concluirá en 2017, enfrenta una caída estrepitosa de su imagen con un 79% de opiniones negativas, y se encuentra en su nivel histórico de aceptación más bajo. Su gobierno enfrenta un desempleo récord, déficit presupuestario y debilidad económica, que piensa paliar con un paquete de ahorro de 50 mil millones de euros, que para algunos políticos de izquierda es inaceptable. El ex ministro de Cultura Benoit Hamon fue muy severo: “La política del gobierno destruye la República.”

A eso se suma la fuga de funcionarios. Desde que se reformara el gobierno, tres políticos de izquierda importantes dentro del partido han dejado de pertenecer al gabinete del primer ministro Manuel Valls: Arnaud Montebourg, Aurélie Filippetti y el mencionado Hamon. Algunos medios los consideran sencillamente “bombas de relojería” en el ámbito del gobierno. La revista Les Echos cita a una fuente del partido: “Nadie quiere de verdad una crisis, pero todos están empezando a jugar con ella y eso es peligroso”.

Las iniciativas de reforma generan de inmediato las protestas de los afectados. “Cuando los franceses escuchan la palabra ‘reforma’, se cubren de inmediato y preguntan cómo lo pueden evitar”, explicaba el historiador Marcel Gauche en declaraciones a L’Express. “Tanto la izquierda como la derecha” carece por completo de un impulso para rehabilitar las ideas reformistas.

Tras dos años y medio en el poder, los socialistas en el gobierno también se están poniendo cada vez más nerviosos. En las elecciones de este año para el Paralmento Europeo, las municipales y el Senado, el partido socialista sufrió graves derrotas.

Los medios franceses ven a los socialistas atrapados en disputas internas: Antes de la “derrota electoral anunciada” de 2017 hay una “lucha de trincheras” entre los conservadores y los renovadores en un “partido de sectores y fracturas”. “La rosa socialista puede ser una arma temible”, señala un comentarista.

Y seguramente podrá contar con el apoyo de un número creciente de diputados socialistas. Hasta ahora la confortable mayoría de gobierno ha superado el juego de las abstenciones, inclusive con la moción de confianza a la se sometió Valls. Pero eso podría cambiar.

Hollande reconoció, a posteriori, que sin mayoría para su primer ministro habría disuelto el Parlamento. Para muchos socialistas, un adelanto de las elecciones implicaría la pérdida segura del escaño, a la luz de los pobres resultados en las encuestas.

De acuerdo a sondeos realizados en octubre, divulgados ayer, el nivel de respaldo al jefe de Estado cayó tres puntos y se ubica en un 20 por ciento. Según la medición de BVA, Hollande se acerca al nivel más bajo de popularidad (19%, siempre según BVA) y recibe un 79% de opiniones negativas, lo que a su vez es un récord. En caída también la evaluación de la gestión del premier Valls, que perdió también tres puntos respecto de la última encuesta, logrando un 35% de respaldo.

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