sábado, abril 27, 2024
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Pedirán un estudio psicológico de Nisman

La ex mujer del fiscal, que sostiene que no se suicidó, nombró a un especialista de su confianza para supervisar este peritaje; el informe aún no fue puesto en marcha por los investigadores, aunque fuentes del caso confirmaron que Fein lo va a ordenar.

La fiscalía prepara una nueva medida de prueba para investigar si Alberto Nisman se suicidó o fue asesinado: un peritaje psicológico.

Es uno de los estudios que Viviana Fein, la fiscal de la causa, tenía previsto ordenar desde el inicio del caso, pero que todavía no fue dispuesto. Ahora, la querella reclamará que se haga y que participe su perito de parte, el psiquiatra Ricardo Risso, a quien ya designaron en el expediente.

Así lo informó a LA NACION una fuente del entorno de la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que impulsa la investigación en representación de sus hijas Iara y Kala. Arroyo Salgado declaró en la causa que ni ella ni nadie de su familia podía creer que Nisman se hubiera suicidado. Según supo LA NACION de fuentes del caso, dijo además que lo hubiera hecho “distinto”, dejando al menos un mensaje.

En su declaración testimonial ella describió a su ex marido, con quien convivió 17 años, como una persona que vivía “para y por el trabajo”, obsesivo, y que no sufría para nada “la exposición mediática”; dijo que, por el contrario, la disfrutaba. Nisman apareció muerto un día antes de la fecha prevista para que presentara ante el Congreso la denuncia que había hecho contra la Presidenta. Nunca había tenido tanta exposición pública.

El objetivo de una “autopsia psicológica” es reconstruir el estado mental de quien falleció y trazar su perfil psicológico. “Apunta a investigar si tuvo parte activa en su muerte de modo directo o indirecto”, explicó Laura Quiñones Urquiza, criminóloga especializada en técnica de perfilación criminal.

Para eso, se entrevista a su familia, a su círculo laboral y a los médicos que lo hubieran tratado últimamente. Un estudio completo analiza incluso si registró cambios en su forma de hablar y en su manera de escribir, detalló Quiñones Urquiza. Los investigadores saben que Nisman consultó a un psicólogo durante algún tiempo. Un amigo del fiscal contó además a LA NACION que había tomado un curso en El Arte de Vivir para tener una mirada “más optimista” de la realidad, y que se lo recomendaba a todos.

Para conocer su estado anímico, se buscan además posibles cambios en su salud. Eso surgirá también del peritaje histopatológico, que está en curso. En su declaración testimonial, Felicitas, una de las secretarias de Nisman, dijo que él se había hecho chequeos médicos a fin de año en la “Maternidad Pueyrredón” (en aparente referencia a la sede de Swiss Medical). Ayer, Claudio Rabinovich, uno de los contratados de la UFI-AMIA, que trabajaba directamente para el fiscal, dijo a LA NACION: “Nisman estaba contento porque se había hecho un chequeo cardiológico hace poco y le había dado todo bien”.

HIPERKINÉTICO

Según Rabinovich, el fiscal era “hiperkinético y ansioso, pero nunca depresivo”. Quienes trabajaron con Nisman coinciden en describirlo como hiperactivo, exigente, celoso de su trabajo y distante con quienes estaban a sus órdenes. Los llamaba a cualquier hora, cualquier día de la semana. Cuentan además que muchas veces, en lugar de ir a la fiscalía, montaba su oficina en Puerto Madero.

Para evitar filtraciones, dividía las tareas entre sus empleados sin darles demasiados detalles a nadie. Marina, otra de sus secretarias, declaró que no delegaba mucho, que era muy reservado y que ellas ni siquiera le llevaban la agenda. Como la gran mayoría de los testigos que pasaron por la fiscalía, Marina dijo que él no le había dicho que lo hubieran amenazado.

Según la declaración de la madre de Nisman, Sara Garfunkel, él estaba “perfecto, tranquilo”, “lo más bien”, trabajando mucho para su presentación del lunes. Garfunkel le dijo a la fiscal que no había percibido ningún temor en su hijo. Estos relatos fueron reconstruidos por LA NACION de fuentes vinculadas con la causa.

Otra característica del fiscal era la preocupación por su aspecto, algo que podía advertirse incluso sin conocerlo. Gladys Gallardo, su empleada doméstica, declaró que se cuidaba mucho físicamente; especialmente, en cuanto a sus uñas, dientes y cabello. Cuando la Policía Científica levantó los objetos del baño donde apareció muerto, secuestró seis cremas dermatológicas. Gallardo explicó a LA NACION que eso no era sólo estético, sino que Nisman tenía una lastimadura en la cabeza.

También deberá analizarse si, cuando murió, Nisman estaba bajo los efectos de alguna clase de droga. Para eso, son cruciales los resultados del estudio toxicológico, que todavía no fueron dados a conocer..

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