Por qué la amenaza de lluvia para el GP de Bélgica tiene en vilo a la Fórmula 1
El Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1, una de las citas más emblemáticas y desafiantes del calendario, se enfrenta este año a un escenario que podría alterar por completo el desarrollo de la competencia.
Según medios especializados en el deporte motor, las previsiones meteorológicas anticipan lluvias y condiciones inestables durante todo el fin de semana en el circuito de Spa-Francorchamps, un trazado históricamente marcado por el riesgo y la imprevisibilidad cuando el clima se torna adverso.
Hace algunas temporadas, Russell, presidente de la Asociación de Pilotos de Grandes Premios, hizo una fuerte advertencia al paddock de la Máxima frente a la previsión de una prueba bajo la lluvia: “Todo el mundo quiere correr, pero cuando vas por esa recta a 320 kilómetros por hora y no puedes ver 50 metros delante de ti, habrá grandes incidentes”. ¿Sucederá algo similar este año?
El microclima del bosque de las Ardenas, donde se ubica el trazado de poco más de 7.000 metros de extensión, vuelve a situar la meteorología en el centro de la atención. Medios como MotorSport y PlanetF1 establecen que las probabilidades de lluvia se reparten a lo largo de las tres jornadas de acción: el viernes, la única sesión de entrenamientos libres (FP1) presenta un 20% de chances de precipitaciones, mientras que la clasificación para la carrera sprint eleva ese porcentaje al 30%.
El sábado, aunque se espera que sea el día menos lluvioso, los pilotos deberán lidiar con ráfagas de viento de hasta 15 km/h, capaces de desestabilizar los monoplazas en las curvas más rápidas.
El domingo, día clave en el que se reparten los puntos para el campeonato de pilotos y Constructores, la amenaza de lluvia se mantiene en un 30% durante las 44 vueltas programadas.
Las temperaturas descenderán hasta máximas de 18°, lo que obligará a los equipos a prestar especial atención al calentamiento de los neumáticos antes de cada stint. La organización de carrera indicó que las temperaturas oscilarán entre los 17 y 20 °C a lo largo del fin de semana, muy lejos del calor habitual de otras citas europeas en julio, lo que añade un factor extra de complejidad para la puesta a punto de los coches.
La posibilidad de chubascos en cada jornada, sumada al experimento de Pirelli con nuevos compuestos de neumáticos, anticipa un fin de semana en el que la adaptación y la capacidad de reacción serán determinantes para el éxito. La competencia, fecha 13 del calendario de la F1 se disputará bajo el formato sprint, lo que significa que la acción competitiva comenzará ya el viernes con la clasificación para la carrera corta.
En este contexto, la meteorología puede alterar por completo los planes de los equipos. La lluvia matinal del viernes podría complicar la introducción de nuevas piezas, como las que Aston Martin tiene previsto probar, ya que las condiciones húmedas dificultan la evaluación de mejoras técnicas. (Infobae)

