viernes, abril 26, 2024
Policiales

El crimen del escribano es una “obra morbosa”, según los forenses

Ricardo Ignacio Baladía, el escribano acusado de haber asesinado y descuartizado a su jardinero, se negó a declarar y continuará detenido.

Baladía, de 56 años, fue trasladado ayer a la UFI 10 descentralizada que está a cargo de Mariana Virginia Suárez, pero no quiso declarar. Está acusado de matar y descuartizar a Miguel Alejandro Pereyra (41). Fue arrestado mientras se deshacía de los restos en el río Luján.

Según las fuentes, en una declaración a la Policía, sin validez judicial, el escribano detenido dijo que había matado a la víctima porque le había robado en su escribanía de Morón, que se cree fue la escena primaria del crimen.

De acuerdo a los resultados de la autopsia realizada el jueves sobre las partes mutiladas del cuerpo halladas, la muerte fue producto de una herida de arma blanca de un solo filo a la altura del tórax que afectó corazón y vasos vitales.

Según voceros judiciales, luego de la muerte el cuerpo de la víctima fue desmembrado con un hacha.

Los forenses le dijeron a la fiscal tras la autopsia que les llamó la atención la cantidad de lesiones post mortem detectadas y consideraron el hecho como una “obra morbosa”, que demuestra “odio” y que es producto de “una mente perturbada”, añadieron los voceros.

El hecho se descubrió el miércoles alrededor de las 21 en la zona conocida como “Recreo Colonial”, un paseo ubicado en el cruce de las calles Salveire y Bartolomé Mitre, a orillas del río Luján. Un vecino vio un auto sospechoso detenido y escuchó que arrojaban algo al agua, por lo que se comunicó con la secretaría de Seguridad de Luján, desde donde enviaron un móvil policial.

Al acercarse al auto, un BMW plateado modelo 528, patente CRE834, los policías vieron a un hombre con las manos con sangre y advirtieron que acababa de arrojar al río una valija que al ser recuperada estaba vacía pero ensangrentada.

Los agentes encontraron entonces el torso de un cadáver con la cabeza destruida y un balde con otros restos humanos en el baúl del vehículo. Baladía quedó detenido y en su poder se secuestraron 20.700 dólares.

En un principio, el escribano dio varias versiones extrajudiciales contradictorias respecto a quién era la víctima, ya que primero dijo que era una mujer y luego aseguró que era un hombre, cuyo DNI estaba en una billetera hallada en su auto.

Según esta última declaración, que carece de validez legal por no haberse realizado ante la Justicia, mató a ese hombre a balazos y luego lo descuartizó por una discusión por dinero, ya que lo había denunciado a él y a su mujer por haberle robado de la escribanía cerca de 50.000 dólares.

El documento de la presunta víctima pertenece a Miguel Alejandro Pereyra (42), un jardinero cuyo vínculo con el escribano se investiga.

En el inicio de la pesquisa, la fiscal Suárez ordenó allanar la escribanía de Baladía, ubicada en la calle Almirante Brown 1085, de Morón, donde encontraron manchas de sangre y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora.

Voceros judiciales confirmaron que el escribano había realizado una denuncia ante la Justicia de Morón por un faltante de dinero, pero dirigida a una mujer. Además, dijeron que se intenta verificar si Baladía estuvo internado en la clínica de salud mental Hogar San Juan de Dios, de Luján, como él mismo dijo. (Diario Clarín)

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