jueves, abril 25, 2024
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El fenómeno “50 sombras de Grey”: un permiso para las fantasías eróticas

La novela erótica despertó el deseo dormido de muchos de sus seguidores. ¿Qué se pone en juego a la hora de fantasear? Una especialista explica el fenómeno.

La novela erótica de E.L James no se convirtió en un best seller por nada. Millones de personas en todo el mundo encontraron en sus libros -tres en total- una historia para dejar volar sus fantasías.

En el día del estreno de la película, que promete salas llenas de aficionados, quedó en evidencia que un hay vacío sexual que necesita ser cubierto. Es el área dónde más que pensar en sadomasoquismo, como narra la novela, es necesario preguntarse qué pasa con las fantasías de las personas a la hora de tener intimidad.

“Fantasear es la facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes mentales escenas pasadas o lejanas o imágenes aisladas representando situaciones ideales en forma sensible. No necesariamente son susceptibles de ser llevadas a la realidad: son fantasías y allí concentran todo su “poder”. Está vinculadas al deseo. Recrean situaciones estimulantes y placenteras. Cuando lo que se busca es que se concreten, dejan de ser fantasías, pasan a ser proyectos y tienen un correlato en la realidad”, asegura la licenciada María Gabriela Fernández Especialistas en estrés, ansiedad y emociones del Instituto Sincronía (MN 17735).

Las fantasías sexuales puntualmente erotizan. Se dice por eso, que el primer órgano sexual es la mente. Desde las imágenes, las sensaciones, los olores -todo lo vinculado a lo cenestésico- se activa el centro del placer.

 

 

El fenómeno “50 Sombras de Grey”

La saga de “50 sombras de Grey” habilita el permiso de fantasías que más allá del ámbito de lo privado, no están tan consensuadas socialmente. Christian Grey sigue siendo ese extraño irresistible ante el que la voluntad de una mujer indefensa poco puede hacer; mientras que Anastasia Steele, que inicialmente podría verse como alguien que no cuida su dignidad, en realidad es quien accede voluntaria y conscientemente a esta experiencia.

“LA ACTIVIDAD SEXUAL PROPIAMENTE DICHA NACE Y SE DESARROLLA EN LAS FANTASÍAS”

“Por ejemplo: las adolescentes tienen fantasías sexuales sobre la primera relación sexual, el primer beso, un encuentro deseado, escenas privadas y excitantes que van trazando el camino para el desarrollo de la identidad y de la actividad sexual futura”, agrega la especialista.

“Las fantasías de dominación y sumisión son un tipo de fantasías muy comunes entre hombres y mujeres. Las fantasías de dominación son más comunes en los hombres, y las de sumisión en las mujeres. Por ejemplo: ‘me arrancó la blusa’, ‘me tiró en la cama’, son fantasías femeninas clásicas, mientras que ‘la hice mía’, es una fantasía más de tipo masculino. En definitiva, de lo que hablamos es de la posesión”.

En ese aspecto, la licenciada entiende esto como un juego en dónde ambas partes consensúan explícita o tácitamente las reglas. “Digo como un juego, porque de no ser interpretadas así, con un consenso aunque sea tácito, se vuelve una situación de otro tipo dónde la degradación del otro, el tomarlo como un objeto se vuelve una situación humillante en extremo, con emociones como el miedo, con sensaciones de dolor que van más allá de lo deseable”, aclara.

Dejar volar las fantasías

Fernández reflexiona que las mujeres han sido educadas con más limitaciones y represiones sexuales que los varones. Es por eso, que su actividad sexual se desarrolla en gran parte en la fantasía y su contenido es más romántico que erótico-sexual. Los varones en cambio, expresan sus impulsos y deseos sexuales con mayores libertades y permisos. “Es más, socialmente se los invita a fantasear y desarrollar sus fantasías sexuales como garantía de machismo y hombría. Las mujeres, en cambio, son educadas para enamorarse y recién allí, en ese estado ideal, tendrán permiso para el sexo y/o para fantasear con el ser amado”.

Sin embargo, y como se ha visto en la novela, en la fantasía vale todo y las mujeres se están animando a enriquecer su vida sexual.

“Conectarnos con nuestro erotismo es fundamental para poder entender mejor ese aspecto en nosotros mismos y en los demás. Componente importante si los hay, si tomamos en cuenta que la sexualidad es una pieza fundamental en cualquier persona y más si se está en pareja”.

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