jueves, mayo 2, 2024
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El fin de la reforma laboral: cuál es el plan en el que avanzará el Gobierno

 

La Casa Rosada desistió del proyecto de ley pero ya tiene otra estrategia en carpeta.

El gremialismo que se encolumnó en Mar del Plata detrás de Luis Barrionuevo y Hugo Moyano criticó de arriba abajo al Gobierno y además de denunciar una campaña antisindical, rechazó la reforma laboral del Poder Ejecutivo. En realidad, esa reforma ya tiene certificado de defunción.

La falta de apoyo de legisladores peronistas y massistas en el Congreso fue un factor fundamental para ponerla en el freezer, primero; retirarla del período de sesiones extraordinarias del Congreso, después; y ahora darle un final.

El término reforma laboral, además, ya no lo convence al presidente Mauricio Macri. Considera que está asociada con manejos turbios y corruptos en el pasado legislativo y que hoy por hoy los sindicalistas reflotan esa historia del Gobierno de Fernando de la Rua, para decir que se está reeditando “la Banelco 2”, como la bautizó Pablo Moyano. Si hasta sus propios ministros ya no la llaman por su nombre. Sin embargo, esto no quiere decir que Macri desista de introducir cambios en el sistema laboral de la Argentina.

La reforma laboral, tal como fue enviada al Senado, será desguazada, convertida en un par de proyectos de leyes para consensuar con legisladores y sindicalistas. Esta decisión sonó como una suave melodía en los oídos de Miguel Angel Pichetto, el senador peronista que se convirtió en una pieza clave del diálogo que el Gobierno mantiene con la oposición en el Congreso. Pichetto considera que él y el resto de los senadores y diputados peronistas que aprobaron leyes vitales para el Gobierno, se encuentran frente a una frontera que no están dispuestos a atravesar si el Ejecutivo presenta proyectos inviables para el PJ. Así lo entienden también en Casa Rosada. Son conscientes de que tiraron demasiado de la soga y que si quieren seguir teniendo un buen canal de negociación con los peronistas dialoguistas, algunas cosas deben cambiar.

Fiel testigo de esa tensión con gobernadores y legisladores del PJ fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, un factor fundamental para Macri, porque le consiguió el puñado de votos que necesitaba para sacar la reforma previsional. El presidente lo necesita a Frigerio para seguir negociando con la oposición durante todo este año y sabe que exponer a un desgaste a su ministro político es contraproducente. Por eso, prometió a su gabinete que evitará repetir experiencias que fueron traumáticas como el tratamiento de la reforma previsional.

A Macri le preocupó lo que ocurrió fuera y dentro del Congreso en diciembre pasado más de lo que muchos en su círculo rojo creen. Y ahora, quiere que la historia sea otra. Pero mucho dependerá de las decisiones que él mismo tome.

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