viernes, abril 26, 2024
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Familiares de Cromañón clamaron por justicia al cumplirse diez años de la tragedia

Realizaron diversos actos en Plaza de Mayo y de Once, en donde pregonaron el clamor de justicia y “la corrupción mata”, al tiempo que recibieron un mensaje del papa Francisco, quien les expresó: “Quiero que sepan que cuentan siempre con mi cercanía y mi oración”.

Los actos comenzaron a la mañana en el llamado “Santuario” ubicado frente adonde se erigió el boliche República de Cromañón, en la zona porteña de Once, en el cual se construyó un paseo en lo que era la calle Bartolomé Mitre, donde las zapatillas colgadas de una soga, símbolo de lo que fue la tragedia, rodean todo el perímetro del lugar.

“Justicia”, “La corrupción mata” y “10 años de impunidad” fueron las banderas que enarbolaron los familiares y que trasladaron hasta Plaza de Mayo, en donde se realizó un festival de bandas, murgas y talleres alusivos como recordación de las 194 víctimas que murieron intoxicadas por el humo venenoso generado tras el lanzamiento de bengalas en pleno recital que daba el grupo Callejeros.

Unas mil personas colmaron la Catedral Metropolitana para escuchar la homilía que dio Jorge Lozano, que preside la Pastoral Social y quien era obispo auxiliar de Buenos Aires al momento de la tragedia, secundando al obispo Jorge Bergoglio, hoy el papa Francisco.

El Santo Padre, en una carta escrita de su puño y letra y que llegó vía postal con el sello del Estado Vaticano, al dirigirse a los familiares expresó que: “Les hago llegar la seguridad de mi cercanía y mi oración, que el señor sane vidas, ayude a una verdadera justicia y de paz eterna a quienes murieron allí”.

Leída a los familiares por el Arzobispo primado de Buenos Aires Mario Poli, la carta destacó: “No puedo olvidar aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales. Hoy, diez años después, rezo con ustedes y sigo caminando con ustedes”
Y añade: “Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide, y por favor no se olviden de rezar por mí”.

La misa fue escuchada con mucha tensión por los familiares y muchos de ellos rompieron en llantos y abrazos cuando monseñor Lozano los invitó a llevar velas, que representaban a cada una de las 194 víctimas, al atrio de la Catedral.

En su homilía, Lozano destacó que “aquella noche fatal se robó mucha vida joven, hoy se cumplen diez años de sufrimientos y desamparos, pero también de gestos de cariño que reconfortan y reaniman”.

“El sufrimiento compartido fue como una escuela en la cual aprendimos muchas cosas. Vimos que no siempre la sociedad trató con cuidado las heridas. Hemos conocido el dolor que sana y el dolor que enferma o agravia”, sostuvo el obispo de Gualeguaychú.

Al referirse a este último dolor, Lozano expresó que: “Lo hemos experimentado en la incomprensión, la superficialidad, el maltrato, la descalificación, la injusticia y la indiferencia”.

“En cuantos momentos hemos sentido que Cromañón no era un problema de todos, como si dijeran es un problema de ustedes”, se preguntó el religioso.

Tras la homilía, la mayor parte de los familiares y amigos, que repartían volantes con la inscripción de Justicia en fondo negro y letras blancas marcharon otra vez a Plaza Miserere, mientras que un grupo mas reducido compartió con organizaciones sociales y políticas un acto en Plaza de Mayo, en el que se leyó un documento consensuado.

El texto situó al jefe de Gobierno porteño en el momento de la tragedia, Aníbal Ibarra, como “el principal responsable político porque su estructura partidaria se financiaba con dinero que salía de la corrupción”.

“Hablar de Cromañón es hablar de injusticia, la primera y más grande es la muerte antinatural y evitable de jóvenes y no sólo muertes físicas, sino también de muertes simbólicas de vidas que continúan pero de diferente manera, ya que nadie volvió a ser el mismo tras el 30 de diciembre del 2004”, sostuvieron.

Denunciaron además que “muchos de los sobrevivientes han sido ninguneados, demonizados o estigmatizados por haber estado en Cromañón y parte de la sociedad los señala como drogadictos y vagos, lo que se tradujo en dificultades concretas para conseguir empleo o acceder a los servicios de salud”.

Arturo, papá de Matías de 19 años, uno de los fallecidos en la tragedia, dijo a Télam que “lo más duro fue transitar el dolor, al principio cada uno lo hizo como pudo, y al mismo tiempo y sin cerrar el duelo empezamos en el camino del reclamo de justicia para todos los responsables fuesen al menos enjuiciados” y añadió: “Falta también lo más importante, que es que la sociedad aprenda de Cromañón”.

Por su parte, Amelia, sobreviviente de Cromañon, dónde perdió a su hija Gabriela de 15, destacó que “nos hicimos fuertes siguiendo con la lucha por justicia día a día, y recordando a muchos otros papás que no llegaron a ver los juicios ni a tener algún atisbo de justicia”.

Los actos terminaron con todos los familiares y amigos en el santuario de Once en el que leyeron un documento y, al grito de presente, nombraron a los 194 víctimas, tal como sucedió durante estos diez años desde que ocurrió la tragedia .

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