miércoles, abril 24, 2024
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¡Hoy regresa Capusotto!

El actor reconoce que cada año se repite el “terror” de creer que no van a tener nuevas ocurrencias. Pero aquí está, a punto de iniciar la novena temporada de Peter Capusotto.

Se viene la novena. “Cómo la sinfonía”, acota tras engullir un sándwich de miga de jamón y queso. Y sin la necesidad de detenerse a pensar un remate, Diego Capusotto entreteje espontáneamente su pensamiento humorístico: “Estamos más cerca de la novena afonía que es lo que nos gustaría haber hecho con Beethoven. Y quizás Beethoven hubiese aceptado a esta altura, sobre todo después de haber hecho ocho antes”, comenta el actor a Tiempo Argentino.

Desde el preludio opta por combinar sagacidad y comicidad. Vive despojado el estreno de la novena temporada de Peter Capusotto y sus videos, no disimula su resignación ante la convención de salir a promocionar el regreso a la pantalla de la TV Pública, pero eso no le impide dosificar su capacidad reflexiva ante cada tema que se le propone conversar.

Aunque la cadencia al hablar aparenta ser la misma, alterna descripciones hilarantes con expresiones concisas, dependiendo si habla de transpiración, de los nuevos personajes o si se refiere a los fondos buitres o a la recuperación del nieto de Estela.

Define a la novena como la consecuencia de ocho temporadas anteriores pero también la reconoce como un espacio de encuentro afectuoso. “No hay más novedad que el reencuentro de los que ven el programa y nosotros. Como un lugar, si se quiere amoroso o que pueda ser conmovedor para el otro, que se vuelve a reencontrar, como volver a la pizzería adonde te gusta la pizza.”

–¿Qué temas abordan en ésta temporada y nunca lo hicieron en las anteriores?

–Puede haber una referencia a un suceso extraordinario, aunque cualquier acontecimiento se repite, incluso si se te cae un edificio arriba. Probablemente no le ha pasado a otro pero la eficacia del accidente siempre está y no es novedoso. Y el infortunio también está. Siempre se está hablando, medianamente, de lo mismo. Personajes que para nosotros alteran el proceso de lo real o de los signos de la realidad pero que también pertenecen a ella. Personajes que están como desaforados por los signos que conocemos y atravesamos todos los días.

–¿Entonces hay hechos extraordinarios?

–No sé si hay otro hecho extraordinario que esté mencionado en el programa. Salvo cosas que nos resultan extraordinarias a nosotros como es la ocurrencia de algo y la irrupción de un personaje que aparece por primera vez en el programa. Más que personajes nuevos son personajes que aparecen por primera vez. A nosotros nos gusta pensarlo en esos términos. No sé si hay algo nuevo o novedoso. Lo novedoso sería no morirse y ser perpetuo.

–¿Alguna referencia al mundial?

–Va a haber una referencia al mundial de una manera que nos resulta graciosa. Es una evocación tardía característica que nos resulta novedosa porque es una evocación que está en relación con quien lo enuncia y con el personaje que aparece en referencia y no sé si en el mundial. Este personaje hace referencia a un montón de cosas, entre las cuales está el mundial.

–Después de tantos años de trabajo juntos, ¿el proceso creativo junto a Pedro Saborido funciona como si jugaran al truco sin señas?

–A ésta altura sí, porque venimos de le época de Delicatessen (1998). Generalmente nos encontramos porque hay algo que nos convoca que es un proyecto en común. Que nos encuentra en distintos lugares: en mi casa, en la de él comiendo, pero siempre en función de un proyecto que nos convoca y que nos hace sentir importantes. Estamos haciendo algo que nos gusta y no estamos al pedo en la vida.

–El programa ya es considerado un clásico. ¿Tu trabajo lo vivís como algo que se repite de temporada a temporada o siempre hay algo que irrumpe y suma mayor satisfacción?

–Hay algo que siempre irrumpe y que es un proceso de terror que no se te va a ocurrir nunca más nada. Cada vez que se te ocurre algo es como una especie de nacimiento. No existe el año pasado, ni el anterior, simplemente es algo que apareció y que es la musa inspiradora. No sé si es un ente fuera de mí y viene a ayudarme. O soy yo que desprendo algo que no me doy cuenta. O si para mí estar vivo es, entre cosas, que suceda eso también. Prefiero quedarme en el misterio de por qué ocurre. Si uno puede pensar en términos de estar sano o no. Uno puede estar sano en la medida que la inspiración aparezca.

–¿Peter Capusotto existirá mientras encuentren algo para decir y no por la necesidad de ocupar un espacio en la TV?

–No tenemos el apremio de tener que hacer el programa todo el año. Este programa en otro medio ya no existiría más. Si estuviéramos obligados a hacer 30 programas al año ya no existiría. ¡Empezás a cansarte de nadar! Hacés la plancha, llegás a la orilla y me pongo a pensar en otra cosa. Esto ya me cansó. Y si te cansa es como una especie de derrota. Saber perder significa decir: “No lo hagamos más”. Como nos pasó con Todo por 2 pesos y Cha, Cha, Cha. Tiene que ver no con estar en un proceso creativo con más lucidez. Hemos elegido una manera de trabajar que a nosotros nos hace mejor.

–¿Concuerdan o no con eso de que el éxito es 10% inspiración y 90% transpiración?

–No sé. Si lo hubiera dicho Paenza capaz le creo por el tema de la matemática. No tengo ni idea. Hay una especie de voluntad, una elección. Hay un montón de porcientos. El 10% inspiración y 90% transpiración está dado por el que transpira. Si fuera el 50 y 50, quizás uno se olvidaría de otro que está transpirando.

–¿Qué opinión tenés con respecto al revuelo alrededor de Szifron y sus dichos en la mesa de Mirtha Legrand?

–Lamentablemente, no veo a la señora.

–¿Pero te enteraste de las repercusiones y discusiones acerca del origen de la inseguridad?

–En Estados Unidos, que es un imperio, también se matan a 20 pibes en un colegio. Le tiraron dos torres en pleno centro económico. Lo cual viniendo de Estados Unidos es muy factible que hayan sido ellos mismos para otra estrategia de seguridad relacionada al imperio y si fueron de afuera que más inseguridad que esa. Cualquier centro urbano es violento y los peores asesinos y delincuentes forman parte del poder real que desplaza. Lo que pasa es que el otro está en nuestro propio territorio. El pibe que va y afana es el que te mira a los ojos antes de afanarte. Y viene por lo que no tiene. Es una realidad inclasificable e inentendible porque nosotros vivimos otra. Entonces, al pibe no le va a preocupar que tengas familia o una hija de seis años, viene a tomar lo suyo porque es lo que no tiene. Y porque está viviendo una realidad paralela a la tuya. Está en sintonía con lo que dice Szifrón de los sistemas que te desplazan. Sabemos que el poder real es un mundo inalcanzable para nosotros. Porque maneja la guita y la propia justicia no va a ir sobre ése poder real.

–Bueno, ahí tenemos la lucha contra los fondos buitre.

–Eso me preocupa mucho más que el delincuente territorial que me va a mirar a los ojos antes de matarme. Yo ando por la calle y convivo con todo eso. No sólo con el que chorea sino con las organizaciones que se supone trabajan para la prevención. Está el caso de la corrupción policial que tiene que defender al ciudadano; algunos lo hacen y otros no. Porque tienen la impunidad del poder. En la última escala está el chorro que sale al caño. Que es el que nos afecta porque es el que merodea nuestro territorio. El otro es que merodea nuestra vida, la de nuestros hijos y la del mundo. Eso me resulta más conmovedor en ese sentido, en la conmoción ingrata. Después no sé la discusión se generó. Están los periodistas de entretenimientos que creen que Szifron dijo otra cosa. Estamos en una época de grandes malentendidos

–¿Malentendidos intencionales?

–Convengamos que hay una parte estratégica que sirve para construir un discurso que en realidad es un discurso nuevo con respecto a lo que se está diciendo. No importa lo que se dijo sino a través de lo que se decodificó y de que se inventa un discurso nuevo. Hay una especie de estrategia que combate entre sí, sin tratar de entender, sin profundizar el debate. Es una época de malentendido, de recorte. Es una época que tenés que tener cuidado porque si hay algo que ha crecido, además de la inseguridad, es la imbecilidad, de la cual supuestamente nadie se hace cargo porque se supone que lastima menos. A veces, es más lógico que haya un desesperado con un revolver en la mano que un imbécil con impunidad de relato.

Poder, humor y el programa aquí y ahora

–¿En el humor reside algún poder?

–Lo único que puede tener poder es que alguien se burle del rey, sea guillotinado, y eso después quede en el inconsciente del pueblo y el pueblo tome el poder. En el poder real no tiene ninguna incidencia. Tiene un poder personal y de narrativa, que inunda, que toma aliados. Es el poder personal de saber que uno se está burlando y toma distancia de lo que a uno le resulta engañoso. Tiene un poder sobre el accionar, sobre eso que te estás burlando. Puede tener más incidencia en el poder formal, que en el poder real, si consideramos que lo más inaccesible es el poder real que el formal. Basta cambiarlo con un voto, basta con leer al poder real para sacarle la ficha al poder formal y votar otra cosa que te haga peor, o que esté más en función del poder real. Es un juego de nunca acabar. En esos términos tiene un poder de narrativa que se corporiza en el movimiento: hacés algo que es visto, que es charlado y que puede alertar conciencias. En otros capaz que no… Peter Capusotto no deja de ser un programa que algunos rechazan y otros no. Para entrar en el formalismo de lo que es un programa de televisión. Donde hay tantas propuestas que para algunos termina siendo…

–Lo mismo.

–La misma cosa. Quizás hubiese tenido más incidencia cuando había cuatro canales y se hubiera hablado más. Lo que hacemos nosotros lo hace otra gente en espacios menos convencionales o por fuera de los espacios menos convencionales. Lo que hacemos nosotros es humo, desde otro lugar generacional.

–Por otro lado el programa ha ocupado otros espacios. Se sabe que en Youtube siguen sumando viewers.

–También es parte de la realidad tecnológica que permite que vos puedas seguir en contacto con el programa diez días o dos años después de haberse hecho. Cosa que antes no pasaba. El programa tiene una vida. Es casi una convención que está los lunes a determinada hora pero circula a través de Internet donde podés ver un personaje determinado. No pasa sólo con nosotros, pasa con cualquier programa. No sé si es un terreno ganado. Aparecimos en la época que aparecimos, dijimos lo que teníamos ganas de decir, hacemos lo que tenemos ganas de hacer. Y eso tiene un recorrido que nos excede. A mí no se me hubiese ocurrido nunca la computadora.

Alegría desbordante

“La restitución de la identidad del nieto de Estela me pareció un hecho excepcional. Además de ser un capital simbólico contundente, es algo que cerró. No que se cerró porque no haya más para conseguir sino por la justificación real de la lucha, del no olvido y la sensación de justicia. Da una sensación de alegría desbordante. Es una batalla ganada, sin posibilidad de revertirse, como la sensación de lucha inclaudicable, de algo que está decidido en las Madres y en las Abuelas, esa sensación de decisión y fortaleza. Sentí una sensación de haber ganado”, dice Capusotto sobre Guido Ignacio Carlotto y antes de conocer la noticia de la restitución del nieto 115.

–¿Lo viviste como una alegría personal?

–Como una alegría colectiva. Lo primero que pensé es en ella.

–¿Conocés a Estela?

–La vi un par de veces. Pensé en ella y en otra cosa más colectiva que excede la posición de uno frente a lo social. Es como si uno fuera parte del todo. Y en la confrontación con el enemigo que no se impacta por esto y mucho menos le resulta conmovedor, más bien todo lo contrario. Cuando uno habla de lucha habla de enemigo del otro lado. Uno está colocado en un lugar. No es neutral en algunas cosas.

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