jueves, abril 18, 2024
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Marcelo Gallardo arranca el camino para ser el Alex Ferguson argentino

 

Alex Ferguson es el paradigma mundial del proyecto a largo plazo en el fútbol. Fueron 27 las temporadas que el ilustre británico estuvo al frente del Manchester United. Y si bien es prácticamente imposible que alguien alcance esa marca en los tiempos que corren, Marcelo Gallardo, de 41 años, podría convertirse en una especie de Ferguson argentino. Es que no es habitual que un técnico en la Argentina dure tanto tiempo en su cargo. Y si el Muñeco llega al final de su nuevo contrato, en 2021, habrá estado siete años y medio dirigiendo a River. Hoy, junto al presidente Rodolfo D’Onofrio, firmará la renovación de su contrato con la institución de Núñez por cuatro años más.

Pensar en un proyecto en estas latitudes parece una utopía en el siglo 21, pero River busca derribar ese mito. En Núñez quieren desafiar a la jungla que no le da lugar al largo plazo. Es que cuesta encontrar casos así en un fútbol argentino que se devora a los técnicos. En lo que va de la Superliga (se disputaron 12 fechas), 16 entrenadores ya dejaron sus puestos.

Aunque algunos de los ejemplos sucedieron en River. Uno de ellos es José María Minella, quien dirigió al equipo de la banda roja durante 12 años, entre 1947 y 1959. Hace más de 60 años. Más acá en el tiempo, Ramón Díaz estuvo cuatro años y siete meses, entre julio de 1995 y febrero de 2000. Ambos ciclos estuvieron plagados de éxitos como el de Gallardo. En el fútbol argentino, el contrato más largo hasta el momento es el del entrenador de la Selección, Jorge Sampaoli, quien el año pasado firmó por cinco años, hasta 2022.

 

 

La extensión del vínculo con el actual técnico de River se dio de forma natural. El Muñeco ya había avisado en conferencia de prensa hace dos meses que su idea era continuar en River. D’Onofrio también quería seguir con él y por eso prometió que si resultaba nuevamente electo le iba a ofrecer a Gallardo un contrato por cuatro años, es decir hasta el final de su segundo mandato. De la misma manera que se lo pidió en el primer período presidencial, cuando el ciclo de Gallardo apenas comenzaba y entre el presidente y el técnico nacía una especie de idilio.

El acuerdo terminó de sellarse hace unos días en Punta del Este, donde D’Onofrio, Gallardo y el secretario técnico, Enzo Francescoli, coincidieron en sus vacaciones. Son las tres cabezas de este proyecto futbolístico, que recibió un masivo apoyo de los socios en las elecciones del mes pasado. Con este nuevo contrato, D’Onofrio le da a Gallardo un fuerte respaldo. Y también más poder. El entrenador tendrá más responsabilidad e injerencia en el fútbol de la institución. “Es un contrato europeo en todo sentido”, le admitió un alto dirigente a Clarín.

El trabajo del Muñeco no sólo estará enfocado en la Primera y en tratar de obtener más títulos. Abarcará un proyecto integral junto con las Inferiores. Para ello, hubo una remodelación en el predio de Ezeiza, con tres canchas nuevas (hay seis en total). Allí, además del plantel principal y de la Reserva, se entrenarán la Cuarta y la Quinta División. De la Sexta a la Novena y las Infantiles lo harán en un predio de Hurlingham. Y todas jugarán en Ezeiza.

 

 

La idea es reestructurar el trabajo de Inferiores para que River vuelva a nutrirse de su cantera en un par de años, tal como pasó en la mayor parte de su rica historia. Por eso, para las divisiones juveniles también se incorporará tecnología de primer nivel y un equipo médico de élite, con psicólogos, doctores en neurociencia, nutricionistas, odontólogos y podólogos, al igual que la Primera, que, por otra parte, sumará un preparador físico: Marcelo Tulbovich. Ya trabajó con Gallardo en Nacional de Montevideo.

La particularidad del contrato del Muñeco es que vuelve a ser un “acuerdo de caballeros”. No hay cláusulas de rescisión, por lo que el técnico no estará atado y podrá irse cuando lo desee. De todos modos, en su cabeza está la idea de cumplirlo para que su proyecto, que va más allá de los resultados, se desarrolle. Es que tiene un gran sentido de pertenencia con el club. Alguna vez dijo: “River es demasiado grande como para irse a cualquier lado”. Ahí dijo todo.

Clarín y De la Bahía

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