miércoles, mayo 1, 2024
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Obligan a bajar 5% el contenido de sal en galletitas, fiambres y caldos

 

Argentina es uno de los países con mayor consumo de sal del mundo, con valores diarios que duplican las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Según este organismo, no se deberían consumir más de 5 gramos diarios, pero aquí consumimos 11 , con todo el impacto y riesgo que eso implica para la población, principalmente en cuanto al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

Para revertir esas cifras, en 2013 se sancionó la ley 26.905 de Reducción del Consumo de Sodio, que dispuso una disminución de un 15% del sodio en algunos grupos de alimentos procesados. Ahora, se ordenó una nueva reduc- ción, de entre 5 y 14%. Las empresas tendrán un plazo de 18 meses para adecuarse a la nueva disposición.

Para ello, mediante la Resolución Conjunta 1/2018, se cambiaron 26 artículos del Código Alimentario Argentino (CAA) que abarcan a galletitas, panificados, bizcochos, fiambres, embutidos, sopas y caldos. En cada categoría se dispuso una reducción del 5% respecto de lo establecido en la ley de 2013, en el marco de un plan escalonado.

“Esta resolución recientemente publicada fue aprobada en marzo por la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), que en junio aprobó una segunda tanda de alimentos que está en trámite administrativo para ser publicada próximamente. Y en noviembre se hará una nueva reunión para analizar otro grupo de alimentos”, explicó a Clarín Verónica Schoj, directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No Transmisibles de la Secretaría de Salud.

“La hipertensión arterial es el mayor factor de riesgo en la mortalidad cardiovascular en el país, siendo el consumo de sal el principal determinante de la hipertensión. Las políticas de reducción de sodio son altamente costoefectivas para reducir la carga de enfermedad cardiovascular y los costos sanitarios”, agregó la funcionaria.

Los alimentos incluidos en esta tanda son cárnicos y derivados (hamburguesas, salchichas, chorizos, empanados de pollo, chacinados y embutidos) y algunos farináceos (panificados, galletitas dulces y saladas, snacks y pani- ficados congelados). En 2013 se había incluido a sopas y caldos entre los que debían reducir un 15% el sodio.

“En todo este proceso, en las dos aprobaciones, estamos bajando el límite (de sal permitida) y agregando nuevos grupos de alimentos que no estaban incluidos en la ley de 2013. Por ejemplo los quesos no estaban en la ley, y este año abrimos una mesa técnica para estudiarlo”, agrega Schoj.

Además de una reducción en alimentos industrializados, la Ley 26.905 establece que debe haber menús alternativos de comidas sin sal agregada, limita la oferta espontánea de saleros e impulsa la disponibilidad de sal en sobres y con bajo contenido de sodio en establecimientos gastronómicos.

“La nueva reducción es un gran paso”, dijo Schoj, aunque añadió que recordó que los argentinos “consumimos el doble de la sal recomendada, por lo que es clave que la población cocine con menos sal, no agregue sal a la comida y consuma cada vez menos alimentos procesados y más frutas, verduras y otros alimentos frescos”, dijo.

“Llevamos muchos años trabajando en este tema, que comenzó en 2009 con la campaña ‘Menos sal más vida” y luego pasó por una etapa de acuerdo voluntario para la reducción del sodio, y en 2013 con la sanción de la ley. Ahora se está trabajando con una comisión nacional para lograr una reducción del consumo de sodio en alimentos de alto impacto, de consumo muy masivo, como los aderezos”, señaló Judith Zilberman, presidenta de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial.

Según la especialista, lo importante es que los productores “se sigan comprometiendo”. Y estimular el consumo de más alimentos con menor contenido de sodio.

“Argentina tiene un consumo que es el doble de lo recomendado y comemos alimentos con alto contenido de sodio y al final del día tiene un consumo importante. Además, hay malas costumbres, como tener el salero en la mesa, debemos concientizar y entender que los alimentos juegan un rol importante en las cifras de la hipertensión arterial”, afirma Zilberman.

“De cualquier manera, debemos comprender que bajarle un 5% de sodio a un chacinado no lo convierte en saludable. Debe mantenerse la recomendación de consumirlo esporádicamente. Lo mismo con los panificados”, cierra Schoj. (Diario Clarín)

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