domingo, abril 28, 2024
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Advierten que muchos pacientes dejan la actividad sexual tras un evento cardíaco

 

La sexualidad es una parte importante de la vida plena de las personas. Sin embargo, para aquellos que han sufrido algún evento cardíaco puede convertirse en un problema. La falta de información y los miedos a que se produzca un nuevo evento pueden llevar a estos pacientes a tomar decisiones drásticas, como alejarse de toda actividad sexual.

Este será uno de los temas que se abordará en el 44° Congreso Argentino de Cardiología que se realizará esta semana en Buenos Aires. Esta problemática, que según los espe- cialistas se da con frecuencia en pacientes cardíacos, se puede superar y sobrellevar con ayuda profesional.

Uno de los mayores miedos es que pueda repetirse el evento cardíaco. “Durante las relaciones aumenta la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, ambas de una manera muy leve durante los estímulos previos y el coito, con mayor incremento durante el orgasmo. Luego vuelve a los niveles normales”, explica el doctor Carlos Sztejfman, cardiólogo y secretario científico del Consejo de Aspectos Psicosociales de la Sociedad Argentina de Cardiología.

“En el corazón enfermo- continúa-, esta respuesta puede estar atenuada por el deterioro de la función de bomba del corazón o por el uso de medicamentos. Es importante que los cardiólogos habiliten al paciente a hablar sobre su sexualidad y respondan sus preguntas y las de su pareja”.

Sin embargo, las probabilidades de sufrir una angina de pecho durante las relaciones sexuales son muy bajas: diversas investigaciones determinaron que la posibilidad de sufrir un episodio de ese tipo representa menos del 5% del total de ataques anginosos sobre todo en individuos sedentarios que no hacen ningún ejercicio. Mientras que el riesgo de padecer un infarto se incrementa 2,7 veces respecto de acti- vidad no sexual y hasta 4,4 veces si la persona es sedentaria. En cuanto al esfuerzo físico, una relación sexual equivale a caminar enérgicamente o subir 2 pisos por escalera.

Es que, sexualidad y salud coronaria están directamente relacionadas. “La disfunción eréctil es un predictor de enfermedad cardiovascular. Muchos pacientes consultan por disfunción eréctil y entre el 10 y 15% hacen tiempo después un evento cardiovascular”, señala a Clarín el doctor Adolfo Casabé, urólogo y director del Centro Médico Especializado y encargado del área de Medicina Sexual Masculina del Hospital Duran, que expondrá sobre esta temática en el Congreso.

Entonces, agrega el especialista, la patología cardiovascular es responsable de la difunción eréctil. Esto sucede porque las arterias peneanas son más pequeñas que las coronarias y por eso se ven afectadas primero.

Pero, el hecho de ser un predictor de enfermedad coronaria no significa que la sexualidad termine convirtiéndose en una contraindicación para estos pacientes. Tampoco que no puedan recurrir a medicación específica. “En Suecia se hizo un estudio en 40.000 varones que habían sufrió infarto agudo de miocardio, se revisaron todas las historias clínicas y se determinó que los que tomaban fármacos para la disfunción eréctil tuvieron tasas menores de reinfarto o muerte cardiovascular. La medicación para tratar la disfunción eréctil tiene un rol preventivo de nuevos cuadros, contra las creencia popular y hasta médica”, explica Casabé.

El problema, entonces, va más allá de las cuestiones físicas. “El impacto psicológico y emocional de tener una afección cardíaca es traumático, al punto de que el individuo se siente afectado profundamente. Luego de un evento o un diagnóstico cardiovascular, usualmente la persona pasa a ser ‘un paciente cardiológico’ para el sistema de salud y para él mismo”, señala la licenciada Alix Utne, ex directora del Consejo de Aspectos Psicosociales de la Sociedad Argentina de Cardiología.

“Saber que tienen una patología cardiológica a muchos les resulta restrictivo en su sexualidad, particularmente en las relaciones sexuales, sobre todo por desconocimiento. El miedo de tener un evento durante el coito es algo muy frecuente que puede generar ansiedad”, agrega.

La ansiedad puede jugar una mala pasada: “Lo que genera físicamente esa angustia -explica Utne- es similar a los síntomas cardiológicos: dolor de pecho, sudoración, mareos. La confusión y la falta de discriminación entre estas manifestaciones suele ser motivo de consulta en guardias médicas, en medio de una crisis que produce más angustia, cuadro que el paciente no quiere repetir y entonces termina disminuyendo su actividad sexual”.

Las personas que pasaron por un evento cardíaco, sin embargo, pueden tener una sexualidad plena. “Los recaudos que hay que tener son los mismos que para cualquier persona que tiene una enfermedad subyacente y quiere realizar actividad física. Debe haber una evaluación, pero eso no significa que no pueda hacer nada”, cierra Casabé. (Diario Clarín)

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