jueves, abril 25, 2024
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Así fue el allanamiento a la casa del copiloto acusado de estrellar el avión

Los investigadores sospechan que Andreas Lubitz sería el responsable voluntario de la muerte de las 150 personas a bordo.

Los investigadores de la tragedia del avión de Germanwigns allanaron hoy la casa del copiloto Andreas Lubitz. El joven es sospechoso de haber estrellado el avión contra una montaña.

Sus vecinos del pueblo de Montabaur no salen de su asombro por la acusación de la fiscalía francesa, según la que Lubitz sería el responsable de la muerte de las 150 personas a bordo.

Los investigadores se llevaron de la vivienda tres grandes bolsas azules, una caja y computadoras, al tiempo que el procedimiento se realizó rodeado de la prensa de todo el mundo y bajo una importante vigilancia policial.

Lubitz, de 28 años, es el acusado por la fiscalía francesa de haber sido responsable de destruir deliberadamente el avión de Germanwings llevándose otras 149 personas a la muerte.

La sospecha surge del audio de la caja negra encontrada en la que se escucha que Lubitz habría cerrado adrede la puerta de la cabina para impedir el ingreso del comandante.

Los investigadores se llevaron de la vivienda tres grandes bolsas azules, una caja y computadoras

El perfil del joven tiene sus orígenes en una localidad de ni siquiera 13.000 habitantes y había sufrido de depresión durante varios meses, por lo que por ese motivo interrumpió su formación como piloto.

En el pueblo, el joven Lubitz es recordado por quien lo conocía como un joven “abierto, simpático y muy ambicioso. A veces quizás un poco demasiado tranquilo”, consigna un despacho de la agencia ANSA.

No obstante, los vecinos lo consideraban normal, y nadie se habría imaginado que podría haber sido responsable de la tragedia, aunque muchos de ellos sostuvieron que sólo intercambiaban con él un saludo.

Con 630 horas de vuelo, Lubitz era considerado entre los más brillantes de su generación y citado como ejemplo positivo por la Federation Aviation Administration, de la que había conseguido un certificado de excelencia en 2013.

Tras la escuela de Lufthansa había empezado a trabajar con la low cost de la compañía, primero como auxiliar de vuelo y después como piloto.

En el pueblo, el joven Lubitz es recordado por quien lo conocía como un joven “abierto, simpático y muy ambicioso”.

Sus familiares no estaban hoy en la casa allanada sino que habían viajado a Marsella, como otros tantos familiares de las víctimas, sin poder imaginar que su hijo estaba acusado de ser el causante de la tragedia.

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