lunes, abril 29, 2024
Tecnologia

El origen de las teclas Ctrl, Shift o Comando del teclado

 

 

A mediados y finales de los noventa, cuando las computadoras personales fueron llegando a los hogares de buena parte de España y América Latina, era común presenciar una imagen que quizá muchos aún guarden en su memoria. La escena de un principiante bisoño, que si por motivos laborales u otras circunstancias no acostumbraba a escribir a máquina, se quedaba unos segundos paralizado frente al teclado hasta que daba con la tecla que quería pulsar.

La tecnología nos ha hecho tener nuevas destrezas y, de forma natural, también nos ha permitido controlar, a veces sin comprender el fondo de la cuestión, lenguajes y códigos que vienen de la informática más primitiva o incluso de forma más remota de tecnologías aún más antiguas como el morse o los teletipos. Tal es el caso de buenas parte de las teclas modificadoras que hoy seguimos teniendo en los teclados: Ctrl, Shift, Alt, AltGr. Quizá a los teclados físicos no les quede demasiada vida dado el auge y la comodidad de las pantallas y los teclados digitales, pero el origen y evolución de estas teclas, y otras tantas que se quedaron por el camino, son una buena herencia de cuando la informática era algo parecido al salvaje oeste.

El estándar de teclado más común actualmente es el QWERTY (sí, las seis primeras letras de la primera fila de caracteres alfabéticos), con sus variantes como el adaptado al castellano (con la Ñ) o algunas letras intercambiadas como el francés (AZERTY) o el alemán (QWERTZ).

 

 

Su origen está en la primera máquina de escribir que tuvo importancia comercial, creada por el ingeniero y político americano Christopher Sholes que vendió su patente a la compañía Remington en 1874. Hasta su distribución, las letras en las máquinas anteriores iban en orden alfabético en distintas filas de arriba a abajo. ¿Parecía algo lógico, no? Y seguramente lo fuera, pero los mecanógrafos más rápidos solían golpear las teclas con tanta rapidez que muchas de ellas se atascaban. Por este motivo, Sholes diseñó la actual distribución del teclado para escribir más lento, separando un tanto el uso de letras más comunes en inglés. Con el paso de los años, se han propuesto nuevas distribuciones que prometían ser más eficaces para la escritura (el más conocido quizá sea el teclado Dvorak, de 1936), pero que han caído en desuso debido a la normalización del sistema QWERTY.

El origen de las teclas Shift y Ctrl

De esta herencia de las máquinas de escribir procede la primera de las teclas modificadoras más comunes que tenemos hoy en día. Shift aparecía ya en las primeras Remington para, como ahora, pasar de letras minúsculas a mayúsculas. Al presionarla, se conseguía que el carro de impresión cambiara de posición aunque presionáramos la misma letra. Posteriormente, este legado de la primera escritura mecánica, fue añadiendo las funciones que hoy conocemos en Windows y Mac.

Hay que avanzar a una tecnología posterior para encontrar el origen de la tecla Ctrl. El envío de teletipos fue ideado a finales del siglo XIX y estuvo en práctica hasta mediados del siglo pasado. Heredero del telégrafo, permitía enviar mensajes mecanografiados punto a punto codificados mediante un teclado limitado (los primeros apenas tenían cinco teclas) que para representar un mayor número de caracteres incorporaba la opción Control. La tecla control en los teletipos originales se utilizaba para indicar algún tipo de acción concreta al dispositivo receptor, como mandar una señal de aviso. De ahí, su uso se extrapoló a los primeros teclados para computadoras, incorporando esta tecla modificadora para introducir nuevos caracteres hasta hoy día, donde ha asimilado multitud de comandos.

El lanzamiento de los primerísimos PCs llegó de la mano del teclado IBM de 1981, un periférico que a lo largo de los años marcaría un estándar sobre el que después se han diseñado otros más evolucionados. En él aparecía por primera vez otra tecla actual, la AltGr, introducida para insertar grafías en otros lenguajes, pero que hoy tiene un uso más limitado.

 

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