jueves, abril 25, 2024
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Es argentina, abrió un local en EE.UU. y dona cada día 1.400 desayunos a médicos

Daniela Moreira es cordobesa de Alta Gracia, chef profesional y dueña de Call your Mother, uno de los negocios estrella de la capital estadounidense, que la ha llevado a ser destacada por la prestigiosa revista Forbes como una de las 30 mejores emprendedoras de menos de 30 años de los Estados Unidos.

Pero el coronavirus cambió todo. Y, tras haber cerrado un par de semanas al inicio de la cuarentena, la argentina reabrió su local con una dotación mínima de empleados para donar más de 1.400 desayunos por día al personal de salud de dos grandes hospitales de la zona.

“Primero los llevábamos nosotros y luego muchos conocidos se ofrecieron para entregárselos”, dice Daniela. Se trata de bolsas individuales con bagels que llegan entre las 6 y 7 de la mañana, un mimo para médicos, enfermeras, personal de limpieza de los hospitales.

Daniela llegó a Estados Unidos hace 10 años, después de haber estudiado Gastronomía en Córdoba. Primero trabajó como niñera y luego estudió en el Culinary Institute of America, en el estado de Nueva York. Más tarde trabajó en Eleven Madison Park, el famoso restaurante tres estrellas Michelin de Manhattan.

Pero siempre quiso tener su propio negocio. Y su sueño comenzó a plasmarse cuando conoció a quien es hoy su prometido, el estadounidense Andrew Dana, que tenía un horno móvil en Washington. Junto a él inauguró primero Timber Pizza, luego Call Your Mother Deli y más tarde Turu’s y Ballston Service Station, estos últimos en Virginia.

En la panadería, que fue reconocida como uno de los mejores restaurantes nuevos de Estados Unidos el año pasado por la revista Bon Appetit, venden productos judíos, con un “toque” argentino. Hay facturas, panes, pastelería. Pero la vedette son las bagels cocinadas en el horno a leña: vendían unas 5.000 por día.

“Vimos cómo podíamos ayudar y se nos ocurrió alegrarles el día a los que están peleando en el frente de batalla”, dice la chef, sobre su iniciativa solidaria. “Fue increíble. Dejábamos las bolsas y nos íbamos rápido, no podíamos hablar con nadie. Pero nos enviaban muchos mensajes, agradeciéndonos”, cuenta.

Daniela comenta que uno de los hospitales está cerca de la panadería y muchos de los enfermeros, antes de la pandemia, salían de su turno y siempre iban allí a desayunar. “Por eso a muchos los conocemos, son clientes. Todos nos agradecieron y yo creo que estas pequeñas cosas, cuando alguien está muy cansado y estresado, son pequeños gestos que pueden alegrar el día”.

Con el correr de las semanas de cuarentena incorporaron delivery para poder generar ingresos y de a poco pudieron salvar los costos. “Nos fue muy bien y mantenemos el staff seguro”, cuenta Daniela. Y se muestra optimista: “La gente nos quiere apoyar y hace lo posible para comprar. Sé que todo va a pasar, tenemos un equipo buenísimo que nos sigue en todas y vamos a salir”. (Diario Clarín)

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