viernes, marzo 29, 2024
Tendencias

Lo discriminaron por su ropa en el tren y su respuesta se volvió viral

 
Lautaro Guzmán se tomó el tren de la línea Roca ramal Alejandro Korn en la estación de Longchamps. En la localidad de Adrogué se subió una mujer acompañada por una nena de, aproximadamente, diez años. El vagón no estaba desbordado ni vacío. La niña se sentó en el único asiento disponible, al lado de Lautaro. Lo que pasó, instante después, lo cuenta él: “Ella estaba chocha porque había encontrado un asiento vacío, pero la señora la agarró la mano y se la llevó. ‘Vení para acá -le dijo-, ¿cómo te vas a sentar con ese villero?’. No me lo olvido más”.

Lo escuchó con nitidez. Pero le restó importancia, no le contestó, se puso los auriculares y siguió viaje, sentado solo. A las ocho de la noche tenía que estar ingresando a su puesto laboral: es enfermero, trabaja hace un año en el área de Unidad Coronaria de la Clínica Avellaneda, a cinco cuadras de la estación.

Cuando llegó, le comentó lo sucedido a su compañera. La indignación de ella despertó su repudio. La condena popular le activó un sentimiento de repulsión. A las seis de la mañana del martes, salió de trabajar. Llevaba puesto un ambo verde porque no dispone de tiempo para cambiarse: si se pierde el tren de las 6:10, tiene que esperar mucho.

“La gente va por la vida juzgando por las apariencias. Acá el ‘villero’ con el que no me siento en el tren. Señora, ojalá nunca necesite de mí, porque para su fortuna la voy a ayudar traiga la ropa que traiga”, escribió en su facebook.

Lautaro dijo que lo puso “por poner” y que ni siquiera pensó lo que había escrito. La publicación se viralizó: 78 mil veces compartido en Facebook y otros miles en Instagram. “Ese día no dormí. Me empezaron a llegar mensajes y felicitaciones por todos lados. Me pareció una locura todo lo que pasó”, confesó.

La gorra, la campera del Barcelona, el estereotipo “villero” que había confundido a la pasajera, solo era su ropa. “Siempre voy a trabajar así, es más cómodo”, dijo.

Lautaro tiene 22 años, es enfermero y fanático de River. Vive en Longchamps con su mamá Marta, ama de casa, y su papá José Luis, metalúrgico. En su familia, es el único que estudió. Su papá no quería que trabajara: “Decía que si yo empezaba a trabajar me iba a gustar la plata e iba a dejar la carrera”. En 2017 se recibió de enfermero profesional en la Cruz Roja Filial Almirante Brown y en simultáneo realizó un posgrado de Hemodinamia en la Universidad Favaloro.

(Infobae)

Comentarios

Comentarios

comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *