miércoles, abril 24, 2024
Sociedad

Mitos y verdades: ¿los autos eléctricos contaminan más que los vehículo a nafta?

 
Autos eléctricos, sostenibilidad, energías limpias, motorización eco-friendly, cero emisión de gases contaminantes. El discurso dominante en torno a la electrificación de la movilidad segrega conceptos asociados al ambientalismo, la conciencia verde y el compromiso con la ecología. Pero esto no sería tan así. Se construyó una conciencia cultural de los vehículos con propulsión eléctrica que merece ciertos reparos. “Un auto que se mueve a nafta contamina menos que un vehículo eléctrico”, lo aseguró una investigación realizada por la Universidad de Michigan, Estados Unidos. Y aunque sea una sentencia contradictoria, inexacta y relativa, es real e ilustra un fenómeno ambiguo.

El informe pronuncia que un auto a combustible debe consumir menos de 4,6 litros por cada cien kilómetros para que sea más limpio que uno eléctrico. Habilita la contaminación indirecta de la energía eléctrica. Los vehículos no emiten partículas nocivos mientras circulan, lo hacen antes: allí radica el estudio de los científicos. Investigaron los diferentes métodos de producción de energía necesarios para mover un automóvil, estudiaron los modos de obtención y analizaron el mercado de 143 países.

En algunas regiones, el proceso de fabricación de esa energía teóricamente limpia eroga una cantidad de gases contaminantes que supera el nivel de emisión de un vehículo convencional. Esta discrepancia valida la sentencia primera que reza que hay autos eléctricos que contaminan más que los propulsados a combustible tradicional. La investigación compara los esquemas de producción de la energía en ambos tipos de motorización.

En relación a los autos a nafta, evaluaron el total de emisiones originarias del refinamiento, la extracción y el transporte del petróleo, la logística de entrega del combustible en las estaciones de servicio y la combustión en la unidad. En virtud a los eléctricos, analizaron las emisiones procedentes de la extracción y disposición de las materias primas en las plantas energéticas, el caudal de partículas liberadas en el proceso de producción, la electricidad invertida en la distribución y la eficiencia final en el vehículo.

El asunto es identificar la raíz de la electricidad que alimenta la batería de los autos eléctricos. Las fuentes de producción son variopintas y se clasifican en cuatro categorías, con más y menos estándares de contaminación: carbón y petróleo; gas natural; energía solar y geotérmica; energía eólica, hidráulica y nuclear. Cuánto más combustibles fósiles intervengan en el proceso de fabricación de la energía eléctrica, mayor será el grado de emisión de gases de efecto invernadero. Tal ecuación dependerá del país de producción y de su cultura energética.

El transporte es el segundo productor de contaminación de las cinco fuentes humanas de producción de emisiones de efecto invernadero. Sólo la generación de electricidad industrial proveniente de la quema de combustibles fósiles (29%) supera lo elaborado para mover autos, camiones, barcos, trenes y aviones (27%). El valor ecológico de los autos eléctricos se corresponderá cuando el mundo emigre hacia una cultura global que promocione las energías renovables y no tolere la contaminación.

 

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