miércoles, mayo 1, 2024
Sociedad

Piden arresto domiciliario a periodista condenada a 13 años de prisión

La periodista Estefanía Heit (34), quien fue condenada en el 2014 junto a su esposo, el supuesto pastor Jesús Olivera, por mantener cautiva y reducir a la servidumbre a una mujer durante tres meses en una casa de Coronel Suárez, solicitó ante un Tribunal de Bahía Blanca que se le otorgue el beneficio de arresto domiciliario ya que cursa un embarazo de seis meses.

El pedido fue realizado en las últimas horas por el abogado Nahuel Tejada, quien representa en la actualidad a la periodista oriunda de Coronel Suárez, quien señaló hoy a Télam que se trata “de un derecho constitucional que tiene cualquier mujer que esté embarazada que es poder transcurrir el embarazo y dar a luz en un contexto que no sea dentro de la privación de la libertad”.

“Ella no se encuentra en un estado óptimo para un embarazo, por las condiciones de alimentación y hasta de alojamiento en el penal”, agregó el letrado, en referencia a que lleva a cabo un embarazo de seis meses.

El letrado dijo además que en el marco de la solicitud, el Tribunal ordenará que se lleve a cabo un “informe socioambiental en la casa de la madre (de Heit) en Coronel Suárez, lugar en el caso que se otorgue el beneficio pueda residir allí”.

Heit y Olivera fueron condenados en mayo del 2014 a 13 y 18 años de prisión, respectivamente, por ser coautores de los delitos de “reducción a la servidumbre o condición análogo en concurso real con lesiones graves y en concurso real con estafas reiteradas”.

Además, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1, a cargo de los jueces María Elena Baquedano, Mario Lindor Burgos y Hugo Da Rosa, consideró a Olivera autor del “abuso sexual con acceso carnal agravado cometido por ministro de culto no reconocido”, mientras que absolvió al matrimonio de la tentativa de homicidio de la víctima Sonia Marisol Molina, de 38 años.

Los hechos ocurrieron entre el 9 de agosto y 12 de noviembre del 2012, en una vivienda ubicada en Grand Bourg 1823 de Coronel Suárez, donde residían Olivera y Heit.

El caso se conoció cuando Molina escapó de dicho domicilio y denunció ante la Policía que había estado cautiva del matrimonio durante los últimos tres meses en los que la habían violado, torturado y hasta le habían dado para comer excremento de perros.

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