domingo, abril 28, 2024
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Reducción de la caída de la nieve estacional en los últimos 40 años en el hemisferio norte

Las capas de nieve estacionales en la mayor parte del hemisferio norte se redujeron significativamente en los últimos 40 años entre un 10% y un 20% por década debido al cambio climático impulsado por el ser humano, según un estudio de la universidad Dartmouth College de Estados Unidos publicado en la revista científica Nature.

Las reducciones más pronunciadas de la capa de nieve relacionadas con el calentamiento global se producen en el suroeste y noreste de Estados Unidos, así como en Europa central y oriental.

Los investigadores informaron en Nature que el alcance y la velocidad de esta pérdida potencialmente colocan a los cientos de millones de personas en América del Norte, Europa y Asia que dependen de la nieve para obtener agua al borde de una crisis que el calentamiento continuo amplificará.

Hasta el momento, la nieve era una de las señales más contradictorias para comprender el cambio climático, consignó Europa Press.

Como en muchos inviernos recientes, la falta de nevadas en diciembre parecía un anticipo del futuro calentamiento global, aunque esto contrastaba con diversas tormentas de nieve sin precedentes en diferentes regiones.

Para aclarar esta cuestión, los investigadores se centraron en cómo la influencia del calentamiento global en la temperatura y las precipitaciones impulsó cambios en la capa de nieve en 169 cuencas fluviales en todo el hemisferio norte entre 1981 y 2020.

Para ello, programaron un modelo de aprendizaje automático para examinar miles de observaciones y experimentos con modelos climáticos que capturaron datos sobre la capa de nieve, la temperatura, las precipitaciones y la escorrentía de las cuencas hidrográficas del hemisferio norte, informó Dartmouth College en un comunicado.

Esto les permitió identificar dónde se produjeron las pérdidas de la capa de nieve debido al calentamiento, y también les dio la capacidad de examinar la influencia contraria de los cambios de temperatura y precipitación impulsados por el clima, que disminuyen y aumentan el espesor de la capa de nieve, respectivamente.

Así, descubrieron que el 80% de los mantos de nieve del hemisferio norte (que se encuentran en sus tramos más septentrionales y de mayor elevación) experimentaron pérdidas mínimas.

De hecho, los mantos de nieve se expandieron en vastas franjas de Alaska, Canadá y Asia Central a medida que el cambio climático aumentó las precipitaciones que caen en forma de nieve en estas regiones gélidas.

Pero lo que ha disminuido es el 20% restante de la capa de nieve que existe alrededor de muchos de los principales centros de población del hemisferio y que les proporciona agua.

Desde 1981, las disminuciones documentadas en la capa de nieve para estas regiones fueron en gran medida inconsistentes debido a la incertidumbre en las observaciones y las variaciones naturales del clima.

Igualmente, descubrieron que surge un patrón constante de disminución anual en la acumulación de nieve, lo que deja a los centros de población con una escasez repentina y crónica de nuevos suministros de agua procedente del deshielo.

Muchas cuencas hidrográficas que dependen de la nieve se encuentran ahora peligrosamente cerca de un umbral de temperatura que se ha determinado como “acantilado de pérdida de nieve”.

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