jueves, abril 18, 2024
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Se fue Ramón, ¿viene Gallardo?

Siempre el muñeco fue el preferido del uruguayo Francescoli y una vez que se despida Ramón Díaz, asumiría en el puesto que tanto anhelaba.

Resultaba tentador leer entrelíneas en las promesas de campaña que no eran públicas, esas que hace cinco meses no imaginaban toparse con dos títulos en tan pocos meses de gestión. Rodolfo D’Onofrio obtuvo las elecciones en diciembre pasado y tenía varios candidatos por si Ramón Díaz decidía mantenerse firme en el contrato firmado con Daniel Passarella y no aceptaba volver atrás en materia de reducción económica. Los candidatos posibles de entonces eran Ricardo Gareca, Marcelo Gallardo y Eduardo Berizzo. El curso de los hechos, con la salida confirmada de Ramón Díaz, ahora refuerza aquellas variables, porque como los otros dos entrenadores ya están en funciones, el Muñeco es el principal aspirante a tomar las riendas de un equipo que por delante tiene la vuelta a la competencia internacional y el desafío permanente en el ámbito doméstico.

El presidente D’Onofrio y el secretario técnico, Enzo Francescoli, no esperaban que el último entrenador campeón del fútbol argentino les planteara este escenario de una forma tan inflexible. Pero cuando confirmaron que la decisión del riojano no tenía marcha atrás, era todo un indicio que en la cabeza del presidente y sus colaboradores directos ya daba vueltas el nombre de Gallardo. Sin otras posibilidades más firmes, para el Muñeco hubo una confirmación de parte de un llamado de River, ahora su destino inmediato, según parece.

A Gallardo, hombre que durante su larga carrera como jugador e incipiente como técnico preservó la prolijidad de procedimientos, lo sorprendió como a todo el mundo River esta salida de Ramón del club al que devolvió a la gloria en este último semestre y con el que lo vinculaba un contrato firmado hasta diciembre de 2014.

Con 38 años, Gallardo es el señalado por Francescoli y D’Onofrio. El ex N° 10, que dejó un sello imborrable en los hinchas y que como riverplatense sabe y entiende lo que se respira en Núñez, viene esperando desde hace tiempo su momento de dirigir en el club del que es uno de los símbolos de las décadas más recientes.

Gallardo viene de una destacada experiencia en Nacional de Montevideo (2011-2012), donde fue campeón y dejó un buen recuerdo en los hinchas y los dirigentes. Pero uno de sus principales puntos a favor es su gran relación con Francescoli, quien lo respaldó con insistencia cuando sobre la mesa de candidatos se tiraron los nombres de Gerardo Martino, Américo Gallego e incluso Hernán Crespo (ver aparte). El Muñeco reúne el perfil de técnico que le gusta a varios integrantes de la comisión directiva: bajo y que no suele polemizar públicamente.

Para Gallardo, la situación actual le plantea un desafío tentador y exigente, tanto por la herencia de un equipo campeón como por lo que se avecina en materia de competencias. Pocas cosas acicatean a Gallardo como los retos del tipo que hoy encarna River. Un club que convoca a alguien con pasado reconocido, y ya se sabe lo bien que cae esa circunstancia en la dirigencia millonaria. En un manifiesto deseo de instrumentar la idea que se tenía desde antes de asumir, ahora el presidente D’Onofrio se encomienda a la gran apuesta de Francescoli, al refresco anímico que podría infundirles el Muñeco, y su perfil de hombre responsable, ambicioso y respetuoso de las decisiones de quienes lo contratan. Con un fútbol profesional que mantenga una línea de conexión con el trabajo de inferiores que está llevando adelante Leonel Gancedo.

Los colaboradores de Gallardo serán Hernán Buján y Matías Biscay. La rueda de conversaciones y averiguaciones recién entrega las primeras señales y los dirigentes afirman que transcurrirán algunas horas para que se empiece a delinear con certeza el tema de las compras. La listas de posibles refuerzos es bastante amplia y figuran nombres como el de Leonardo Pisculichi hasta el de Ramón Lentini, de Chacarita…

Pero esa es otra historia. Una vez que se despida Ramón, será el tiempo de Gallardo.

CUMPLIERON SUS OBJETIVOS Y SE FUERON

Campeones que no siguieron: Antes de la renuncia de Ramón Díaz siendo campeón con River, Gerardo Martino dejó Newell’s, con previo aviso, luego de ganar el torneo Final 2013 y Juan Antonio Pizzi, sorpresivamente, a San Lorenzo, tras el título en el Inicial 2013.

Adiós luego del ascenso: Diego Cocca, que llevó a Defensa y Justicia al primer ascenso a primera de su historia, avisó que dejará de ser el entrenador del equipo cuando finalice el campeonato de la B Nacional. Llegó a un acuerdo verbal con Racing, pero aún no se firmó.

Por motivos personales: Luego de mantener la categoría en un desempate contra Colón de Santa Fe, Jorge Burruchaga dejó la dirección técnica de Atlético de Rafaela. “Por cuestiones familiares, estar lejos, tomé la decisión de no seguir”, explicó.

Por diferencias económicas: Ricardo Caruso Lombardi (foto), que logró revertir una complicada situación en la tabla de los promedios y consiguió la permanencia de Quilmes en la penúltima fecha, dejó de ser el DT por diferencias económicas con la dirigencia.

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