sábado, abril 27, 2024
Nacionales

Un periodista argentino fue demorado por una falsa acusación de racismo de plateístas de Palmeiras

Una denuncia no comprobada de racismo obligó a un periodista argentino que cubrió la semifinal entre Palmeiras y Boca Juniors a estar demorado por tres horas en la comisaría ubicada dentro del estadio Allianz Parque de San Pablo.

“No hubo elementos para demostrar la acusación”, dijo a Télam el comisario César Saad, de la Policía Civil (investigaciones) de San Pablo sobre el caso del periodista Cristian Infanzón, de Radio del Plata.

Infanzón fue demorado por la Policía en el palco de prensa luego de que plateistas de Palmeiras invadieran al zona para insultarlo debido a que gritó con efusividad el penal pateado por Guillermo “Pol” Fernández que le dio el pase a Boca a la final de la Copa Libertadores de América.

Dos de los plateistas lanzaron botellas de agua contra el palco de prensa y acusaron al periodista argentino de haber hecho un gesto racista, que en Brasil es considerado delito de injuria racial y es un crimen no excarcelable desde enero de 2023.

Una vez en la comisaría del estadio, el cónsul general de la Argentina en San Pablo, Luis María Kreckler, se hizo presente con su equipo para interiorizarse sobre la situación legal del argentino.

El juez interviniente en la causa ordenó la inmediata liberación del argentino por falta de mérito a raíz de la supuesta falsa denuncia, una decisión que fue llevada a la policía por el cónsul Kreckler, que reclamó por la demora en el procedimiento de soltura.

“No hubo ningún gesto de racismo, realmente estábamos trabajando y el festejó el gol de Boca, nada más lejano que agredir”, dijo el hermano del demorado, Sebastián Infanzón, a Télam, en la madrugada de San Pablo.

Una segunda denuncia fue realizada por un hincha de Palmeiras de 36 años contra un dirigente de Boca a quien acusó de hacerle gestos similares a los movimientos de un mono, como parte de una agresión racista.

Saad dijo que se abrió una investigación con las cámaras de seguridad para determinar quien habría hecho el acto racista.

Las autoridades del Consulado argentino en San Pablo habían hecho recomendaciones sobre el comportamiento en el estadio ante los brasileños en virtud de que el año pasado cinco hinchas de Boca fueron detenidos por racismo ante Corinthians y en agosto dos hinchas de San Lorenzo pasaron tres semanas presos por el mismo delito, que no es excarcelable.

En la tribuna de prensa los periodistas argentinos quedaron expuestos debido al frágil cordón montado por la organización y la policía militarizada para separar al sector con los plateistas de Palmeiras, enfurecidos tras la victoria de Boca Juniors.

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