jueves, mayo 2, 2024
Espectáculos

Falleció el director y actor Quique Quintanilla

Tenía mirada honesta y sincera. Y sabía tener muchos amigos, muchísimos, que hoy lo están llorando. Podría decirse que Quique Quintanilla fue uno de los actores y directores más queridos del ámbito teatral. Murió casi al finalizar el día de ayer, en Madrid, tras luchar durante bastante tiempo con una enfermedad que lo azotaba.

Su último trabajo en la Argentina fue la dirección de Doble o nada, con Miguel Ángel Solá y Paula Cancio, durante dos temporadas , en los teatros La Comedia y Regina. Desde hace algo más de una década, Quintanilla repartió su trabajo artístico entre Madrid y Buenos Aires.

Este asturiano de 73 años (muchos se sorprenderán por este dato porque siempre tuvo la virtud de aparentar veinte años menos) llegó a la Argentina con su familia a los 6 y creció en Mar del Plata. “Conozco este país mejor que muchos argentinos, por haberlo recorrido con grandes giras que hicimos con el grupo de teatro juvenil e infantil Catarsis. Nunca me nacionalicé porque nunca lo necesité: este es mi otro país“, dijo hace unos años a este diario.

Estudió actuación, canto y baile desde muy joven con los mejores maestros y supo brillar durante muchos años en el ámbito del teatro musical. Se formó en el Instituto de Enseñanza Superior de Arte Dramático y en el Instituto de Teatro de Actores Marplatenses, además de haber formado parte de la Comedia Marplatense.

Quitanilla, Sandra Mihanovich, Ana María Cores, Ricky Pashkus y parte del elenco de Aquí no podemos hacerlo

Entre sus primeros trabajos profesionales en Buenos Aires se cuentan las obras infantiles Misia Pepa (1968), en el Teatro Presidente Alvear; y Medio litro y sirenita (1968), en el Sarmiento. Durante los años 70 formó parte de los elencos de Jesucristo Superstar (1973), Hair (1973-74), Godspell (1974), The Rocky Horror Show (1975) y Fausto Shock (1978).

En 1978 fue parte del elenco que hizo historia con el emblemático musical nacional Aquí no podemos hacerlo , de Pepe Cibrián y Luis María Serra, junto con Ana María Cores, Sandra Mihanovich, Dalma Milebo, Ricky Pashkus, Edgardo Moreira, Graciela Pal, Déborah Warren y otros. Y en 1980 hizo A la capital, también dirigido por Cibrián.

Pero al poco tiempo pasó a integrar las filas de una mítica compañía de los años 80, el Grupo Catarsis, dirigido por Manuel González Gil . Con ellos se destacó en importantes papeles, como El loco de Asís, Lucifer, el último enemigo, Bosco, Los Mosqueteros. Pero también brilló como actor en Garabarito, ¿Yo. Teresa de Jesús?, Robinson Crusoe. el mar, Locas historias, Sociedad de hermanos , entre muchas otras. En 1985 formó parte del elenco de Feliz año viejo , dirigido por Rubens Correa, con Darío Grandinetti, María Vaner y Arturo Bonín.

Quique Quintanilla en una escena de Lucifer

A principios de la década del 90, en una gira del grupo Catarsis a España, decidió quedarse allí por un tiempo, donde trabajó en numerosas obras teatrales para adultos y niños, como actor y director.

De regreso a la Argentina, a finales de esa década se unió al equipo de Manuel González Gil como asistente de dirección de muchas de sus obras. A partir de ahí, su vida artística transcurrió en las dos ciudades de sus amores: Madrid y Buenos Aires. Allí trabajó como actor en la comedia Gatas (versión madrileña de Porteñas), Coralina y el libro de los sortilegios , El emigrante retornado (unipersonal) y Como por un tubo , entre muchas otras. A su vez, fue asistente de dirección y regidor de Hoy: El diario de Adán y Eva , Made in Lanús, Aeroplanos, Casi un ángel, Orquesta de señoritas, Los galanes, Porteños, Brujas, Antes te gustaba la lluvia y Por el placer de volver a verla , entre otras piezas.

Quitanilla en una escena de la obra Feliz Año, viejo, junto a Darío Grandinetti y Victoria Shocron

En España dirigió numerosas obras infantiles generadas por su grupo Loquibandia, hasta su último trabajo de dirección con su gran amigo Miguel Ángel Solá.

Precisamente con este gran actor y con Blanca Oteyza, así como con Manuel González Gil siempre formó una sociedad artística de “hermandad creativa”.

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