Trabajos a contrarreloj para que el minisubmarino de rescate zarpe cuanto antes
Soldadores voluntarios trabajan a contrarreloj para montar la estructura del Sophie Siem, el buque que llevará la embarcación norteamericana a la zona de búsqueda.
Unos 50 soldadores y amoladores voluntarios trabajan a contrarreloj en Comodoro Rivadavia sobre el buque Sophie Siem para terminar de montar la estructura que portará el minisubmarino que intentará rescatar a los tripulantes del ARA San Juan. Anoche, el avión ruso Antonov, uno de los más grandes del mundo, se sumó al megaoperativo para encontrar al submarino que perdió contacto con las bases hace 10 días.
“Lo que queda es el ensamble pero estamos trabajando para que pueda salir hoy”, confirmó Esteban Marquinez, coordinador de operaciones del Puerto de Comodoro Rivadavia.
Entre mañana a la noche y el lunes llegará un barco de origen ruso con bandera uruguaya, pedido por los marines, que se sumará a las tareas de rescate. Este buque se usará para cargar equipamiento y trabajará en la zona de operaciones.
Los soldadores no exceden los 40 años y terminada su labor descansan a la vera del mar, sobre uno de los caminos internos del puerto. Terminaron su turno pero permanecen en vigilia “por si algún compañero de este turno que entró se lastima o necesita un descanso”, contaron. Empiezan su jornada a las 4 de la mañana y están empeñados en que todo salga bien y el buque parta lo antes posible.
10 días de búsqueda
El operativo para dar con el ARA San Juan que se presume explotó en el Atlántico con 44 tripulantes sigue este sábado con la misma intensidad que cuando empezó hace diez días. Hay expectativas de poder localizarlo en el fondo del mar gracias al sofisticado equipamiento ruso.
La búsqueda “no tiene plazos de finalización y seguirá día y noche con ayuda de 13 países”, dijo el viernes por la noche en el último parte oficial el vocero de la Armada, Enrique Balbi.
La noticia sobre la explosión tres horas después de su último reporte a la base llenó de desconsuelo a los familiares, muchos de los cuales ya dan por muerta a toda la tripulación.
Otros siguen esperanzados en un milagro y aguardan noticias en la base naval de Mar del Plata, convertida en un altar para los 44 marinos en cuyo frente hay rezos colectivos, mensajes de aliento, banderas e imágenes religiosas.
