viernes, mayo 17, 2024
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Un 20% de los latinoamericanos toma pastillas para dormir: automedicación y sueño de mala calidad

 

En gran parte de las consultas médicas sobre trastornos del sueño, los problemas suelen tener un origen emocional o psicológico. La ansiedad o cualquier otro síntoma del estrés son algunos de los grandes males que impactan en el buen dormir.

Muchas veces, en lugar de atacar la raíz profunda de lo que literalmente nos “quita el sueño”, acudimos a atajos como lo pueden ser algunas pastillas, tanto de venta libre como recetadas.

Ahora se sabe que al menos el 20% de los latinoamericanos consume algún medicamento para poder dormir. Sin embargo, el impacto es contraproducente, dado que provoca un “sueño artificial y poco reparador, lo cual repercute en su calidad de vida”, señaló el doctor Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño (IMMIS). “Estas son solo estimaciones, pero el consumo de medicamentos para conciliar el sueño es más frecuente de lo que se cree”, dijo.

El insomnio, explicó el experto, es un trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad de dormir cuando hay condiciones para hacerlo. Aunque también, se puede decir que hay insomnio cuando la persona despierta en la noche y le cuesta trabajo volver a dormir, si no puede dormir, si duerme menos de seis horas o si se siente mal como consecuencia de dormir mal.

En todos los casos, apuntó el experto, es necesario conocer la causa para poder tratarla. Generalmente los pacientes no suelen acudir con el profesional correcto, son mal medicados y, en los peores casos, se automedican.

El problema, señaló Haro Valencia, es que las personas piensan que se pueden acostumbrar a dormir poco y cuando quieren dormir bien se ayudan con té o alimentos que creen les pueden ayudar. Al no conseguirlo, recurren a cualquier farmacia donde les recomiendan “remedios para dormir, supuestamente naturales”.

Y cuando estos ya no funcionan más llegan con el médico general, con un neurólogo o psiquiatra que les dan los medicamentos controlados. “Sin embargo, esto disminuye las etapas del sueño“, aseguró.

Reconocer las etapas de sueño

Al respecto, precisó que existen cuatro etapas del sueño: dos ligeras y dos profundas, y son justamente estas últimas las más importantes. En ellas, apuntó, se da la restauración física donde se fortalece el sistema inmunológico, el cerebro se restaura y se logra un equilibrio emocional.

Sin embargo, cuando una persona recurre a las pastillas, estas etapas de sueño se hacen artificiales y de mala calidad, por lo que no será reparador y la persona se sentirá afectada.

Además, explicó, el uso prolongado de este tipo de medicamentos puede llevar a que el organismo presente dependencia y, posteriormente, resistencia a sus efectos, por lo cual requerirá de dosis más altas. Es por ello que lo más importante, dijo, es encontrar la causa del insomnio. Entre ellas pueden estar el estrés, las preocupaciones, que llevan al insomnio primario, pero también el ronquido y síndromes como el de piernas inquietas.

También evitar descansos diurnos prolongados, reducir ingesta de líquidos antes de dormir, así como no consumir alcohol ni nicotina. Sumado a esto, aislar la luz de la ventana y aparatos electrónicos, es lo mejor para evitar el insomnio y conseguir un buen nivel de sueño, concluyó.

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